A finales del S.XVIII y principios del XIX, un joven alemán llamado Krause inició un movimiento filosófico de renovación, basado en la educación del ser humano bajo los pilares de la ciencia y la virtud moral.
Mientras al resto del Estado Español se fue introduciendo el "Krausismo", en las Islas no obtiene mucho eco, a causa del poder de la iglesia frente al pueblo, la reducida burguesía, una economía basada en el sistema agrario y un fuerte poder conservador.
El año 1836 se creó en Mallorca el Instituto Balear, el primer "Instituto de Segunda Enseñanza" de España que tenía como objetivo proporcionar una cultura general de tipo mediano que hiciese posible el acceso a la Universidad.
El año 1852 nace en Pollença D. Guillem Cifre, que asistió a dicho Instituto. Esto le permitió entrar en contacto con intelectuales de otras universidades. El año 1869 se trasladó a Madrid, donde conoce los representantes españoles del "Krausismo" y asistió de primera mano a la creación de la ILE, la "Institución Libre de Enseñanza", de la cual llegó a ser profesor.
El año 1878 D. Guillem vuelve a Mallorca con la intención de aplicar el modelo educativo interiorizado en Madrid. Un año después creó en su Pollença natal la "Institución de Enseñanza", a imagen de la ILE de Madrid pero con una gran diferencia: esta no va dirigida a la clase burguesa, sino a la población que no tenía medios para acceder a la educación.
Su principal objetivo era proporcionar una educación moderna, laica, que llegara a todas las personas. Era una educación en sintonía con el krausismo: educación integral, valor de la espontaneidad, coeducación de niños y niñas por igual, contacto con la naturaleza, enseñanza intuitiva. Este fue un proyecto complicado, puesto que en la Pollença del S. XIX el sector conservador tenía un fuerte peso gracias al apoyo de la Iglesia, quien no puso las cosas fáciles al proyecto de Guillem Cifre, a pesar de este siempre respetó las creencias e ideologías de su alumnado.
Con la intención de liberar a la clase trabajadora del caciquismo, el abandono y la explotación debido al analfabetismo, posibilitando a la vez una autonomía económica dentro de las posibilidades que ofrecía el capitalismo. En 1880, creó la Caixa d'Estalvis Colonya, al servicio del agricultor y del pueblo, con el objetivo de que, con los créditos proporcionados por la caja de ahorros, los jornaleros pudieran convertirse en propietarios de la tierra que cultivaban, tener sus ahorros y liberarse de la usura.
Con estas actuaciones, un hombre que creía en la "bondad del hombre" congregó a multitud de discípulos y se convirtió en un santo fuera de la iglesia.
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